Ambos físicos sugirieron que debería ser posible convertir la luz en materia mediante la destrucción simultánea de dos partículas de luz (fotones) para crear un electrón y un positrón, lo que suponía desde entonces el método más simple de convertir la luz en materia. Ahora, esta teoría es una realidad gracias a la demostración realizada en el Imperial College London y que ha sido publicada en la revista Nature Photonics.
El estudio habla de un experimento de física de alta energía que podría explicar algunos de los misterios más grandes de la física aún sin resolver, como el proceso de origen del universo, en una de las maneras más simples en las que la luz y la materia pueden interactuar.
“A pesar de que todos los físicos aceptan que la teoría es verdad, cuando Breit y Wheeler la propusieron por primera vez, me dijeron que no esperaban que se mostrara en el laboratorio en la actualidad; casi 80 años más tarde, demostramos que estaban equivocados", afirma Steve Rose, del Departamento de Física del Imperial College y coautor del estudio.
La forma de lograrlo pasó por dos pasos principales: primero, el empleo de un láser de alta intensidad extremadamente potente para acelerar los electrones hasta casi la velocidad de la luz y, entonces, lanzar dichos electrones a una losa de oro para crear un haz de fotones un mil millones de veces más energéticos que la luz visible; segundo, con un “hohlraum” (cuarto vacío) los científicos dispararon un láser de alta energía en la superficie interna de este oro con objeto de crear un campo de radiación térmica, generando así una luz similar a la que emiten las estrellas. Después habría que dirigir el haz de fotones obtenido durante la primera fase a través del centro del contenedor usado en la segunda, haciendo que los fotones surgidos de ambas fuentes colisionen y formen electrones y positrones, cuya creación podría ser detectada por el experimento.
Los mismos autores del estudio afirman haberse sorprendido tras descubrir que este proceso proporcionó las condiciones idóneas para la creación de un colisionador de fotones.
fuente: Revista Nature Photonics
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